Limitar el uso.
Crear un clima de no exclusión y confianza en torno a Internet.
Controlar qué proporcionamos y cómo lo hacemos.
El ordenador conectado a Internet, en un lugar público de la casa.
Acompañar y permanecer alerta.
Asegurar la ausencia de virus y otros programas maliciosos.
Compartir el tiempo entre tecnología y niños.
Seleccionar juegos adaptados a su edad.
Preguntar sobre su experiencia con la tecnología.
Apostar por los juegos pedagógicos.
Implementar controles parentales a los dispositivos tecnológicos.
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